La novela la he leído en un único día de un tirón, lo que como comprenderás constituye un elogio. Sinceramente prende el asunto y engancha el suspense de un relato coral en que cada personaje asume su papel con naturalidad y emplea un lenguaje llano y conciso sin adornos literarios que restarían verosimilitud a la trama, magistralmente conseguida, dentro de su intrincado laberinto, en el que uno no se pierde como es habitual en este tipo de narraciones. El ritmo me parece el adecuado y el tratamiento de los personajes excelente.

 

José María Hernández. Historiador y colaborador de La Gaceta de Salamanca.

 

   A algunas novelas, como a algunas historias, llegas de pura casualidad, y ésta es una de ella. Me han durado las más de 500 páginas un suspiro, porque me ha encantado. Algo he aprendido de violines y de música, pero sobretodo he pasado agradables ratos con una novela muy bien escrita y con una trama que para nada te aburre , al contrario, cuando te crees que sabes lo que ha pasado, o lo que va a pasar, va y te asombra. Me ha encantado y si os gusta leer… ya sabéis. Una grata sorpresa, por no dejarme llevar por las apariencias. Las novelas son como las personas, a veces algunas que vienen con muy buenas referencias están completamente vacías, y otras que pasan por ahí discretamente, son maravillosas.

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